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CULTURA LIBRE

MEC le invita a escuchar música en la
Salita de Música
[al final del marco de la derecha]


...mientras disfruta de las bellas artes en
La Trastienda de 'El Blog de MEC'
[al final de esta página]

Hasta el 31.06.2012,
en La Trastienda:
René Magritte
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TABLÓN DE ANUNCIOS
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FIN DEL TABLÓN DE ANUNCIOS
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viernes, 6 de mayo de 2011

♪♪ La legge é mobile... qual piuma al vento... ♪♪ muta d'accento... ♪♪ e di pensiero...

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"LOS ABUSOS DEL COPYRIGHT:
"PAGUE COMO OBRA NUEVA UNA ÓPERA CON 300 AÑOS"

Bajo este título el diario español El País publica una nota firmada por Javier Martín, en la que revela los subterfugios de que se valen los sempiternos jayanes del talento ajeno. Reproducimos algunos de sus tramos.
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Un tal Vicente Martín y Soler le quitaba foco a Mozart en los teatros del siglo XVIII. De Viena a Venecia arrasaba su ópera bufa El árbol de Diana. Si hoy se quiere representar esa ópera con 230 años de antigüedad hay que pagar derechos de propiedad. Esto es muy frecuente en el mundo de la ópera, donde los propietarios de las partituras originales de hace siglos han ido modificándolas para así renovar los 80 años de protección y seguir recibiendo suculentos ingresos.

La mayoría de las óperas siguen sin ser de dominio público. Es uno de los casos de abuso de la propiedad intelectual. Y lo del "abuso" lo dice la propia Comisión Nacional de la Competencia (CNC), que desde hace más de un año reclama otra ley.

"No existe control sobre las tarifas que fijan las entidades", recuerda la Comisión Nacional de la Competencia. "Acabaremos interpretando solo a Vivaldi", pronostica Felipe Caisedo, del valenciano Palau de les Arts. "Queremos poder elegir entre la partitura pública y la revisada", implora Juan Carlos Matellanes, de Opera XXI, la asociación de los teatros y festivales españoles de ópera.

Los derechos de El árbol de Diana no van a los herederos de Martín y Soler sino a las sociedades de gestión y al Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), creado para "la recuperación del patrimonio y la difusión de la música española e hispanoamericana". O sea que recupera música tan olvidada como la de Martín y Soler y luego pasa la bandeja por la revisión. El portavoz de la SGAE, Antonio Rojas, defiende el cobro: "El ICCMU recupera manuscritos, material original que sería imposible de representar hoy en día. Y se considera legalmente obra nueva".

(Nota de MEC. Casualmente el ICCMU tiene su sede en el mismo Palacio Longoria donde tiene su sede la SGAE).

"Las casas editoriales, para mantener vivos los derechos de propiedad intelectual de sus partituras y evitar que pasen a dominio público, crean nuevas ediciones sobre las que nacen nuevos derechos, obligando a los teatros a seguir pagando". Así lo explicaba Abril Abogados en un informe encargado por Opera XXI.

(Nota de MEC. Ahí está la clave: "evitar que [las obras] pasen a dominio público", porque el dominio público -reservorio de la cultura de los pueblos- cierra el grifo de que se alimentan los grandes talentos... de lo mercantil).
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La nota es algo extensa, pero vale la pena. Esclarece de qué hablan "la industria" y las gestoras de derechos colectivos cuando enarbolan como bandera la defensa del autor. Continúe leyéndola aquí
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