"El sistema de copyright, que existe desde hace unos dos siglos en Occidente, hoy muestra signos de profundas fracturas. Este sistema es mucho más beneficioso para los grupos de empresas culturales que para la mayoría de los artistas"
(Joost Smiers, "Un mundo sin copyright")
Monica Mazzitelli, miembro de la Wu Ming Foundation's reading group - iQuindici [TheFifteen], cuya misión es leer novelas y cuentos inéditos con el fin de dar a conocer a sus autores y promover la adopción de licencias abiertas (CreativeCommons, GFDL [GNU Free Documentation License], Copyleft, etc.) en la industria editorial italiana, escribió y realizó este vídeo en el que con punzante humor devela lo indefendible de la duración de los "derechos de autor", con especial referencia a la denominada “Ley Mickey Mouse” de USA.
“The Disney Trap: How Copyright Steals our Stories” está hablado en inglés y sólo hemos hallado una versión subtitulada en italiano. Para que todos puedan disfrutarlo, hemos agregado a continuación del vídeo la traducción del diálogo al español.
Sobre algunas palabras hemos agregado enlaces a Wikipedia para que una mayor información del lector sirva a justipreciar la gravedad de lo que Mazzitelli expone en su vídeo.
Duración: 11:29
Hablado en inglés con subtítulos en italiano
Fuente: YouTube
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Texto en español
(traducción de MEC)
Fabio, el cibernauta, acepta la invitación de Molly Bloom:
“Chat with me online”.
Molly: Hola, hola. Soy Molly Bloom. Mister James Joyce me ha creado. Disculpa si chateo contigo desde mi lecho, pero es aquí donde me ha dejado en el libro. Estoy en la famosa novela de Joyce “Ulises”. ¿La conoces?
Fabio: Claro que la conozco. ¡Todos conocen el Ulises de James Joyce! Te conozco, Molly Bloom, eres la esposa del protagonista, la del último capítulo, el famoso monólogo, la obra maestra del “flujo de conciencia”, el capítulo que ha definido un estilo para un siglo de literatura. ¿Qué estás haciendo ahora en los Estados Unidos?
Molly: Me he mudado aquí ya hace tiempo para proteger mis derechos.
Fabio: ¿Qué derechos?
Molly: Los derechos de personaje.
Fabio: ¿Qué es eso?
Molly: ¿Lo ves? Así estamos... No sabes siquiera qué son. ¿Ves? ¿Ves? Yo no tengo derechos...
Fabio: OK, vamos, no te enojes, dime de qué se trata, Molly.
Molly: Se habla tanto de ''copyright'', dicen que sirve para proteger a los autores, incluso después de muertos, pero ningún derecho para mí después de haber sido tan maltratada por el señor Joyce.
Fabio: ¿Que te ha hecho?
Molly: Tú has leído el monólogo... ¿por qué preguntas?
Fabio: Perdona, Mol, no te enfurezcas y dime de qué manera intentas ahora proteger tus derechos. Vamos, Molly, por favor...
Molly: Con otro Joyce, una Dama Joyce, por cierto. Al fin...!
Fabio: ¿Cuál Joyce?
Molly: Joyce Carol Oates
Fabio: Ah, entiendo.
Molly: Se está ocupando de mis derechos de personaje. No le doy tregua... Ella nunca habría permitido que un personaje femenino pensara como la Molly Bloom del señor Joyce. De ninguna manera. Ella es toda una Señora.
Fabio: Veo que eso te perturba, pero no logro recordar qué cosas feas hay en tu monólogo, de verdad. ¿Podrías leerme alguna parte, así entiendo mejor?
Molly: No, no puedo. Es decir, si me lo hubieses pedido en el '91, en el '92 o en el '93, o hasta en 1994, te lo habría leído de buen grado. Pero ahora no puedo. Hasta el 2011.
Fabio: ¿Qué quieres decir?
Molly: Mira, el señor James Joyce murió en 1941...
Fabio: Ya, descanse en paz.
Molly: No sé... tú leíste el monólogo ¿no? ¿Tú descansarías en paz?
Fabio: Vamos, Molly, adelante.
Molly: OK, murió en 1941, decía. Por eso, en 1991, después de 50 años, podía citar su obra, leerla en voz alta, reescribirla, recitarla en el teatro donde podía insultarlo libremente, acosarlo y destruir sus palabras.
Fabio: Molly, no exageres...
Molly: Disculpa. ¿Dónde había dejado...? ¡Ah, sí! en el ''copyright''. En una época el ''copyright'' duraba 50 años después de la muerte del autor.
Fabio: ¿50 años? ¿Estás bromeando? ¡Es una eternidad! Pero ¿quién necesita vivir a costa del talento y del patrimonio de otro durante todos esos años?
Molly: La esposa y los hijos del autor, supongo. Imagínate que no estén en situación de mantenerse... Los escritores son siempre muy pobres... E imagina que se haya muerto joven y su mujer se haya quedado sola con sus 8 hijos y...
Fabio: ¿8 hijos? Pero has dicho que se había muerto joven.
Molly: ¡Ah, sí! Pero se pasaba más tiempo en la cama que en la máquina de escribir, y tuvieron el primer hijo a los 14 años.
Fabio: ¡Ah, un hindú, claro!
Molly: Sí, y sus ancianos abuelos están enfermos y necesitan ser cuidados con el dinero del ''copyright''.
Fabio: Me has dicho que se había muerto joven.
Molly: Claro, era el más joven de una gran familia, y su madre tenía 45 años cuando él nació...
Fabio: ¡Ah, claro! Entonces tendría también un montón de tíos y tías!
Molly: ¡Oh, sí! Montones, todos pobres e infelices e incapaces de mantenerse a sí mismos.
Fabio: ¿Inválidos?
Molly: El 50 % por lo menos, y todos con una parva de hijos.
Fabio: Oh, caramba, qué hubiera sido de ellos sin el dinero del ''coyright''...
Molly: Y sí, tristísimo ¿verdad?
Fabio: Si, pero 50 años, Molly, es un montón de tiempo. ¿Por qué ahora no puedes leerme el monólogo si podías leerlo en el '93?
Molly: Ah, esa es otra historia tristísima...
Fabio: ¿Otro hindú?
Molly: No. Mucho peor: la señora Disney.
Fabio: ¿La señora Disney?
Molly: Debía de estar propio en la ruina...
Fabio: ¿Por qué? ¿La conoces?
Molly: No, en realidad no sé siquiera si alguna vez ha existido. Lo mío es solo una conjetura. Como te decía, el derecho de autor estaba protegido por 50 años ¿no?
Fabio: 50 largos años, diría.
Molly: Si. Pero en los años '90 los derechos de la Disney sobre el Ratón Mickey estaban por caducar y la pobre señora Disney, anciana y en la miseria, con sus 8 hijos muertos de hambre, y todos esos tíos y tías...
Fabio: ¿Los inválidos?
Molly: Sí, ellos. Y... seguramente estaban también en desgracia.
Fabio: ¿Por qué?
Molly: Porque salió una ley que extendió el ''copyright'' de 50 años ¡a 70 años!
Fabio: ¡Diablos!
Molly: Y sí... ¿Cómo hubiera estado el mundo si hubiesen liberado todos aquellos Ratones y Cenicientas, eh? ¿Te lo imaginas? Podríamos usar el Pato Donald para la publicidad sin pagar. Se habría convertido en el héroe de un dibujo animado porno. Habría podido ''tirarse'' a Guffy en la Posada de Abuela Pata y asesinar a esos monstruos de Huguito, Dieguito y Luisito.
Fabio: ¡Bien!
Molly: Y, sí... El mundo no habría sido más el mismo, se habría convertido en un burdel disneyliano... Menos mal que la señora Disney la pasaba tan mal.
Fabio: Debía de pasarla muy mal si le han dado otros 20 años.
Molly: A ella, a sus hijos y a sus nietos, no los olvides.
Fabio: Seguramente pedían limosna por las calles de Los Ángeles...
Molly: Tiene que haber sido exactamente así. Si no ¿por qué volver a hacer a Joyce inaccesible al público hasta el 2011? ¿Por qué Brecht? ¿Por qué Sartre, Calvino, Orwell? ¿Por qué Pessoa?
Fabio: ¡Ya! ¿Por qué hacer de eso un delito?
Molly: Por aquella pobre pordiosera de la señora Disney, obviamente.
Fabio: Oye... pero ¿cómo era aquella historia del Ratón? Había leído que el tio Walt habia tomado la idea de su primer dibujo animado, ''Steamboat Willie'', de un muy famoso personaje llamado “Steamboat Bill''...
Molly: Cierto, como el señor Joyce, que ha tomado la idea del ''Ulises'' del señor Homero...
Fabio: Simpson.
Molly: No, no de ése, qué tonto eres... El griego ciego. ¿Sabes? Todos tomamos las ideas de los que nos han precedido. Reutilizamos viejos relatos, los reelaboramos. No podemos hacer nada puramente ''nuestro''. Los relatos pertenecen a todos. No existe el arte creado desde cero. Creamos todos a partir de la cima de una pirámide desde la cual partimos de cero para crear nuevas obras de arte.
Fabio: Tal cual. Y a eso hoy lo llamamos plagio ¿no es cierto?
Molly: Sí. Pero hay nuevos caminos para quien quiere compartir. Por ejemplo, hay un escritor italiano, Roberto Calogiuri, que ha escrito la novela ''Telemaquia''. Es, de nuevo, la historia de Ulises, esta vez vista a través de los ojos de su hijo. Homero sigue siendo inmortal porque sus relatos son reutilizados y compartidos. Adoro esta novela. Se publicará dentro de poco con licencia ''copyleft''. Te he traducido una parte. ¿La quieres oir? Puedes hacerle lo que te plazca, representarla, traducirla, leerla, fotocopiarla para un amigo si lo haces gratis, gratis puedes usarla.
Fabio: Como en los viejos tiempos, cuando los relatos pertenecían a todos.
Molly: Sí. Antes de la trampa Disney. Ahora escucha la historia. Y mira.
Telémaco: “Entre las infinitas cosas que podían suceder, no había pensado que mi padre pudiese regresar. No porque me faltara imaginación, o por distracción, o por un error estratégico. Simplemente porque habia dejado de desearlo y, a poco, había comenzado a esperar que no regresara más. No recuerdo con exactitud cuándo ocurrió. Creo que fue un proceso lento y constante que me llevó, sin que yo fuera de ello consciente, a no poder imaginar una vida junto a él, y muchos menos subordinado a él. Cuando era pequeño me parecía normal sufrir porque él no estaba. Había hecho de la inquietud una situación natural y no lograba imaginar una situación distinta. Fue durante mi regreso de Pilo que comencé a desear que Odiseo no regresara más, y lo deseaba con plena conciencia de lo que quería y de lo que significaría para mí. Sentía que este deseo me alejaría de quien creía todavía en su regreso, pero en aquel momento no pensaba en las consecuencias desagradables que eso significaría para mi conciencia, porque el deseo de que mi padre no regresara más nutría mi crecimiento...”
Fabio: Wow...
Molly: Sí... y ahora, no te la quedes... haz circular esta historia.
Fabio: ...Como lo hicimos siempre...